Las autoridades alemanas anunciaron este viernes la desarticulación de una sofisticada red de falsificadores de arte que intentaba vender copias de obras atribuidas a algunos de los artistas más reconocidos del mundo, entre ellos Pablo Picasso, Frida Kahlo, Joan Miró, Peter Paul Rubens, Amedeo Modigliani, Anton van Dyck y Rembrandt van Rijn.
La Oficina de Investigación Criminal de Baviera (LKA) explicó que la operación, bautizada como “Dora Maar” —en referencia a la artista surrealista y pareja de Picasso entre 1935 y 1943—, se centró en un hombre de 77 años, considerado el líder del grupo, junto con diez cómplices sospechosos de fraude y falsificación.
De acuerdo con el informe, el principal implicado habría intentado vender dos supuestas obras originales de Picasso, incluida una de la célebre serie Dora Maar, así como una pintura atribuida a Rembrandt titulada Los síndicos de los pañeros, cuyo auténtico original forma parte de la colección permanente del Rijksmuseum de Ámsterdam, en los Países Bajos.
“La pintura ofrecida para la venta no era el original del siglo XVII, sino una copia, presumiblemente del siglo XX”, detalló la LKA en un comunicado. Las falsificaciones, incautadas durante redadas en Alemania, Suiza y Liechtenstein, eran ofrecidas en el mercado del arte a precios que iban desde 400,000 hasta 14 millones de euros, lo que muestra la magnitud del fraude.
La investigación también reveló la participación de un hombre de 74 años residente en Renania-Palatinado, encargado de elaborar informes periciales falsos para certificar la autenticidad de las obras. Estos documentos eran utilizados para respaldar las ventas y engañar a potenciales compradores y coleccionistas.
Las autoridades alemanas destacaron la complejidad del caso y la cooperación internacional necesaria para desmantelar la red. Según la LKA, el grupo se especializaba en reproducir retablos y pinturas de los grandes maestros europeos y latinoamericanos, valiéndose de técnicas pictóricas avanzadas para dar apariencia de antigüedad a las piezas.
El operativo “Dora Maar” representa uno de los golpes más significativos contra el mercado ilegal de falsificaciones en Europa en los últimos años, y pone de relieve los riesgos que enfrentan los coleccionistas y galerías ante un comercio de arte cada vez más globalizado y tecnológicamente sofisticado.














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